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martes, 31 de julio de 2007

LA RUEDA DEL TIEMPO

Cuando declina la tarde,
la emoción
embarga mi mente,
llena de personajes latentes.
Llenan mi imaginación, de manera desbordante,
la tarde y sus colores,
colores cárdenos y violetas,
cobrizos, y a la vez expectantes,
que inundan los cielos,
precediendo a las estrellas
que saldrán más tarde,
cuando se va conformando el eclipse,
cuando fenece el siglo,
cuando agoniza el milenio,
cuando declina la era y el tiempo no existe,
cuando en el tablero del ajedrez astrológico,
las elecciones astrológicas, se cumplen inexorablemente,
cuando la nueva era feudal se aproxima,
cuando la nueva Bizancio emerge,
cuando el nuevo Imperio de Occidente se acuna
con su liberalismo económico inmisericorde,
cuando la nueva Inquisición se conforma,
cuando nos dicen que no es correcto estar contra la Guerra,
(dicen que son guerras humanitarias),
ni a favor de la Naturaleza,
(dicen que vamos contra el progreso),
ni de la Astrología,
(dicen que es una superstición),
y los medios de comunicación nos desinforman diariamente,
diariamente
diariamente
diariamente
diariamente
Vemos, como vimos,
que es necesario crear nuevos cenáculos,
donde podamos expresar nuestras ideas libremente.
Vemos, como vimos,
que es necesario tener nuevos monasterios del conocimiento,
donde preservar y traducir para las nuevas generaciones,
los antiguos conocimientos, hoy ya casi olvidados,
y desarrollar los nuevos libremente.

¡Oh Astrología!, cada día me planteas más dudas,
y cada día me maravillas más, con tu exactitud desbordante.

7/6/1999

José Luis Carrión Bolumar

Itaca - por Konstantinos Kavafis

Cuando partas hacia Itaca
pide que tu camino sea largo
y rico en aventuras y conocimiento.
A Lestrigones, Cíclopes
y furioso Poseidón no temas,
en tu camino no los encontrarás
mientras en alto mantengas tu pensamiento,
mientras una extraña sensación
invada tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones, Cíclopes
y fiero Poseidón no encontrarás
si no los llevas en tu alma,
si no es tu alma que ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que muchas mañanas de verano hayan en tu ruta
cuando con placer, con alegría
arribes a puertos nunca vistos.
Detente en los mercados fenicios
para comprar finos objetos:
madreperla y coral, ámbar y ébano,
sensuales perfumes, -tantos como puedas-
y visita numerosas ciudades egipcias
para aprender de sus sabios.
Lleva a Itaca siempre en tu pensamiento,
llegar a ella es tu destino.
No apresures el viaje,
mejor que dure muchos años
y viejo seas cuando a ella llegues,
rico con lo que has ganado en el camino
sin esperar que Itaca te recompense.

A Itaca debes el maravilloso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino
y ahora nada tiene para ofrecerte.
Si pobre la encuentras, Itaca no te engañó.
Hoy que eres sabio, y en experiencias rico,
comprendes qué significan las Itacas.


Konstantinos Kavafis (1863-1933), poeta griego.